5 razones por las que no vale la pena mantenerse virgen por mucho tiempo

La virginidad es un tema que personalmente va relacionado con nuestras creencias religiosas y de cultura. Mientras para algunas es un tesoro digno de guardar hasta el final (matrimonio), para algunas se trata simplemente de vivir el momento, siendo feliz con cada pareja.

Digamos que yo me posiciono en el medio de estas dos personalidades, no llegué virgen al matrimonio, pero tampoco he sido de las mujeres que puede mantener relaciones sexuales con un hombre en la primera cita. Creo que debe existir un balance, tenemos que valorarnos como mujeres y entender que el sexo no es lo mismo que darse un beso (sí lo sé, quizás esta opinión pueda generar cierta polémica).

Lo cierto del caso es que no soy quien para juzgar a nadie y mucho menos la que tiene más experiencia en el tema para decirte lo que debes hacer en cuanto a tu sexualidad y a la primera vez. Lo que sí puedo hacer es compartiré 5 razones por las que yo no apoyo el hecho de llegar virgen al matrimonio:

1. La sexualidad es un acto natural que permite conocer mucho más a tu cuerpo y permitirá una conexión especial con esa persona que tanto amas.
2. Si no experimentan la convivencia en la cama con tu futuro esposo puedes correr el riesgo de que luego no te satisfaga y que simplemente no exista química ni compenetración.
3. El orgasmo trae consigo múltiples beneficios para nuestra felicidad, a parte de ser un analgésico natural, alivia el estrés y hace que tu piel se vea más saludable.
4. Tendrás mucha más experiencia en el amor y así reducirás el porcentaje de que te lastimen durante una relación sentimental.
5. La falta de experiencia puede provocar problemas a futuro, el sexo es tan importante como la comunicación. Lo que falta en la cama, afectará tu día a día.

Cabe destacar que tampoco apoyo que una niña de 11 años se vuelva activa sexualmente, todo debe llegar a su momento y esta debe ser una decisión que tomes con mucha responsabilidad, ya que si no conoces los riesgos podrías terminar pasándola muy mal con una enfermedad de transmisión sexual o con un embarazo no deseado.