Cuando todo parecía transcurrir de manera tranquila y con aguas calmas, volvió a desatarse la furia mediática. Todo comenzó cuando el medio TV y Notas publicó una entrevista en la que una fuente cercana contó que Geraldine le habría hecho brujería a su ex esposo y a la modelo rusa, quienes actualmente son pareja.
"Aparte de haberle hecho brujería a él para que volviera con ella, también pidió que le hicieran una ‘separación’ con Irina Baeva; pero lo más aterrador fue cuando nos confesaron que el último ‘trabajo’ que ella pidió fue que Baeva, de 26, quedara desfigurada", fue una de las impactantes declaraciones del informante a la revista.
Según la publicación, Geralfine habría viajado a Guadalajara para hacerle un supuesto “amarre” a Soto y habría pagado 120 mil pesos entregando algunas prendas íntimas de su ex para que la brujería funcionase.
"Usaría vudú, iba a amarrar unas velas con figuras de un hombre y una mujer, que las iba a llevar a un cementerio y que ahí las iba a enterrar 30 centímetros bajo tierra; así pronto habría peleas y disgustos entre ellos, que irían incrementándose hasta que se enojaran de verdad y terminaran con la relación", comentó la fuente.
Ante semejante acusación, la actriz de 36 años reaccionó y publicó un extenso comunicado en su cuenta de Instagram donde remarcó que lo que se ha dicho es para "manchar su imagen" y aseguró que se trata de un cuento "ridículo, absurdo y fuera de la realidad". Pero también aprovechó para apuntar contra Gabriel Soto indicando que vulneró los derechos de las hijas que comparten al tener que saludar a su nueva pareja (Irina) cuando ellas no querían.
Y Gabriel tampoco se quedó atrás, hace pocos minutos publicó una imagen de él, su pareja y sus hijas juntos y desmintió lo denunciado por su ex.